Las aves también se pueden electrocutar con los cables eléctricos. Normalmente no lo hacen ya que son muy pequeñas y sólo tocan a la vez un cable. Por tanto, la corriente eléctrica «prefiere» seguir por el cable que pasar por el ave. Algo completamente distinto ocurre si estas aves (las más grandes) tocan un segundo cable, en ese caso los electrones «encuentran un camino para ir de un cable a otro» y sí que electrocutan al animal.
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